La OMS declaró el aspartamo como “posiblemente cancerígeno”, para el organismo internacional, existe evidencia “limitada” sobre el potencial cancerígeno del aditivo que se encuentra en diferentes alimentos y bebidas, aunque mantuvieron los niveles de ingesta admisible que rigen desde 1981. La explicación de una especialista local sobre las características del aspartamo y la necesidad de “reeducar” el paladar para evitar su uso.

A menos de dos meses de haber publicado un informe donde desaconsejan el uso de edulcorantes para controlar el peso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) volvió a poner a un aditivo en la mira: el aspartamo. Se trata de un endulzante sintético ampliamente utilizado en diferentes alimentos y bebidas.

A partir del surgimiento de nuevos estudios sobre los efectos en la salud que podría causar este edulcorante, la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC) y el Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA) de la OMS decidieron llevar a cabo una serie de evaluaciones para analizar su potencial dañino. El resultado: “posiblemente cancerígeno”.

Se trata, en definitiva, de un estudio que apunta más a la prevención que a resultados tajantes y concluyentes. La IARC catalogó de esta manera al aspartamo al concluir que hay “limitada o poca evidencia en estudios realizados en seres humanos”, en particular, sobre el carcinoma hepatocelular, un tipo de cáncer de hígado. Asimismo, determinaron que no hay suficiente evidencia en estudios experimentales con animales ni en mecanismos que provocan cáncer.

“Esta clasificación refleja la solidez de la evidencia científica sobre si un agente puede causar cáncer en los seres humanos, pero no refleja el riesgo de desarrollar cáncer ante una exposición determinada”, aclararon en el informe.

Por su parte, desde JECFA, organismo que se encarga de establecer una dosis de ingesta diaria admisible (IDA, por las siglas en inglés), decidieron mantener la recomendación de consumo diario de 40 miligramos por kilo de peso, cifra que establecieron en 1981, cuando realizaron su primera evaluación sobre este endulzante.

Al respecto, Dana Watson, docente e investigadora del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de La Matanza, explicó: “Teniendo en cuenta la IDA, si una persona pesa 70 kilos, el cálculo que debe hacerse es 70 por 40 y da la cantidad máxima que podría consumir de ese producto por día como máximo. Entonces, en este caso hipotético, esa persona podría beber hasta cuatro litros de gaseosa para llegar a esa dosis”. Marianela Ríos (Agencia CTyS-UNLaM)