El turismo científico, es antagónico al turismo masivo, por su carácter sostenible, para revalorizar el patrimonio cultural nacional, se trata de una propuesta que busca potenciar el conocimiento y la valorización de los atractivos históricos, culturales y naturales de diversas regiones del país. La iniciativa incluye material educativo y una aplicación móvil de realidad aumentada de acceso libre y gratuito.

En Argentina, el turismo es una de las actividades económicas que más sufrieron el impacto de las restricciones debido a la pandemia por COVID-19. A su vez, desde hace un tiempo se vienen generando planteos en las formas de relación con el ambiente y el impacto de la actividad recreativa en este último. Bajo la premisa de “socializar el conocimiento a través del turismo”, un equipo de investigación del Instituto Patagónico de Ciencias Sociales y Humanas IPCSH (CCT CONICET-CENPAT) propone, a través del turismo científico, generar una nueva forma de disfrutar los productos culturales y naturales del país.

“Existen diferentes definiciones de turismo científico. En nuestro caso nos referimos a iniciativas que involucran a los distintos tipos de poblaciones: residente, turística y escolar. Es requisito contar con un marco científico, donde el público destinatario encuentre en la ciencia su motivación principal para de esta manera embeberse en la matriz sociocultural del sitio que se visita”, afirmó a la Agencia CTyS-UNLaM el director del proyecto, Diego González Zevallos.

De acuerdo al investigador, entre los beneficios se destacan los planos sociales, culturales, ambientales y económicos, entre otros. “El turismo obtiene la posibilidad de trabajar e interactuar con diferentes disciplinas científicas, introduciendo el conocimiento científico como valor agregado a sus productos actuales o generando nuevos productos, creando nuevos segmentos de mercado y determinando una nueva experiencia turística”, continuó González Zevallos, quien es doctor en Biología.

Según los expertos, esta alternativa de abordaje y conexión territorial desde una mirada científica permitiría potenciar la comunicación y aprovechar el efecto multiplicador que ofrece el sector turístico, llegando a diferentes grupos poblacionales, que, de otra manera, le sería difícil de acceder.

“Desde el primer momento nuestra línea de investigación se encuentra vinculada a propuestas de bajo impacto en el territorio, buscando maximizar los impactos positivos que puede generar el turismo tanto en lo social, económico y ambiental. Y en todo momento teniendo presente que las alternativas deben ser planificadas y desarrolladas de manera conjunta con diversos actores, para lo cual trabajamos mediante investigación participativa y colaborativa”, aseveró González Zevallos.

 Y continuó: “Proponemos un abordaje de baja escala, es decir, mediante grupos reducidos en tiempo-espacio y en un lugar determinado, buscando que su implementación sea sostenible, evitando de esta manera los impactos negativos, generados por la falta de planificación y el error conceptual de asociar la masividad con el éxito”.

Agustina Lima (Agencia CTyS-UNLaM) -