Este ha sido el comienzo de un año difícil, pero lo increíble es que ya veníamos de situaciones difíciles, entre las que contamos la pandemia del Covid-19, la inflación, los sueldos que alcanzaban poco y comenzaron los aumentos de todos los servicios, los cuales no parecen tener techo, de pagar 30 mil pesos de servicio de internet, televisión y teléfono fijo, paso al doble, no olvidemos que mucha gente grande se sigue manejando con teléfono fijo y otros lo tienen por trabajo, aumentos en luz, gas, agua, prepagas, alimentos, transporte, etc. pero lamentablemente los ingresos no aumentaron de igual forma, pero todos los vecinos se ajustan como pueden, tratando de ahorrar y poniendo el hombro, para poder salir a flote.

Pero hacer de alguna forma peligrar la educación, es otro tema, personalmente me cruce con unos cuantos vecinos que me dijeron vamos a la marcha, ya que sus hijos van a la Universidad Pública, acompañaron a sus hijos a la marcha, los que no, fueron con sus abuelos, tíos, vecinos, maestros, profesores, los que ya se recibieron, los que están ya ejerciendo, el solo pensar que se pueda arancelar, que se pierda la oportunidad de estudiar hizo que todo el que pudiera saliera para estar ahí, falto gente, si, falto el que no pudo por su trabajo, el que por problemas de salud no podía estar, etc. lo cual da que pensar que podría haber sido más grande todavía la manifestación.

Nadie niega que haya cosas que mejorar, pero en lugar de bajar el presupuesto, habría que sentarse para ver cómo hacer para que todo funcione mejor, dialogar, trabajar para hacer que todo esté mejor, no empeorar las cosas.

Lo bueno es que todo se desarrolló con tranquilidad, cada uno que pudo armo cartelitos en sus casas, en cartulina, cartón, lo que encontró a mano, lo importante era estar, defender lo que hace el futuro de un país, gente preparada, con una profesión para poder defenderse en la vida, una universidad que siempre ha sido orgullo de la argentina, la desconcentración se hizo de forma ordenada y muchos sé que quedaron charlando con vecinos, amigos, mientras esperaban el regreso a casa, que fue un poco difícil por la cantidad de gente esperando poder viajar.