Descubren que las larvas del mosquito transmisor del dengue son capaces de “respirar” bajo el agua, el estudio de especialistas del CONICET y colegas reveló que también pueden obtener oxígeno del agua. El hallazgo aporta evidencia para mejorar las estrategias de control de este insecto que también transmite los virus del Zika y del chikunguña.

Un trabajo de especialistas del CONICET y colegas derrumbó un paradigma clásico de la biología que establece que las larvas de Aedes aegypti, mosquito vector de los virus del dengue, del Zika y del chikunguña, solo respiran oxígeno atmosférico. Ahora, a partir de una investigación descrita en la revista Insects, descubrieron que también son capaces de obtener oxígeno del agua. El estudio aporta información útil para mejorar el diseño de estrategias destinadas a interferir con la proliferación de ese insecto.

“El resultado de nuestro estudio es muy novedoso porque históricamente y en la mayoría de los libros de biología se dice que las larvas de Aedes aegypti respiran únicamente oxígeno atmosférico. Nuestro trabajo aporta evidencia útil para las estrategias de control de este mosquito”, señala Agustín Alvarez-Costa, uno de los primeros autores del trabajo del que participó como becario posdoctoral del CONICET en el Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA, CONICET-UBA) con estadías en el Instituto de Investigación sobre Biología de Insectos (IRBI) de la Universidad de Tours, en Francia, bajo la dirección de Claudio Lazzari.

“Un aspecto interesante del trabajo es que analizó experimentalmente el consumo de oxígeno, bajo distintas condiciones, lo que nos permitió demostrar que las larvas completamente sumergidas pueden realizar intercambio gaseoso con el medio acuático, garantizando así su supervivencia”, indica Soledad Leonardi, también primera autora del trabajo e investigadora del CONICET en el Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR-CONICET) con sede en Puerto Madryn. Y agrega: “Las larvas son acuáticas y hasta el momento se sabía que su respiración se daba a través del intercambio de oxígeno con el aire. Esto implica que las larvas de mosquito deben estar en contacto con la superficie del agua. Siguiendo esta lógica, algunos métodos de control buscan evitar este contacto, haciendo que las larvas permanezcan sumergidas. Nuestro trabajo indicaría que estos métodos no serían tan efectivos como se pensaba.” Articulo completo en la página web del Conicet.